El respigo es un alimento que se obtiene de la parte más tierna de la hoja del nabo (equivalente a los grelos en Galicia), característico de la localidad cántabra de Laredo, que antaño fue de subsistencia para sus habitantes y que con el paso del tiempo había caído en desuso.
Ahora empieza a formar parte de nuestra gastronomía, por su sabor peculiar en ensaladas y también formando parte de sopas de gran efecto depurativo.
Buena fuente de vitamina C, de efecto antioxidante que potencia nuestras defensas. Es un alimento recomendado para personas con problemas de digestión.
RESPIGOS CON CHORIZO PALACIOS
Paso 1: Cocer los respigos. Pon abundante agua en una cazuela. Agrega un puñadito de sal y cuando empiece a hervir, añade los respigos. Cuécelos durante 20 minutos. Refréscalas bajo el grifo de agua fría. Escúrrelas y deja que reposen un poco.
Paso 2: Sofreír los ajos, el tocino, el chorizo y el pimiento choricero. Pon un poco de aceite en una sartén. Corta el tocino en trozos, añádelos y dóralos bien. Sácalos a un plato. Pica finamente los ajos y corta el chorizo en rodajas. Ponlos a freír en la misma sartén donde has dorado el tocino. Añade también el pimiento choricero. Retíralos y resérvalos.
Paso 3: Rehogar los respigos. Agrega los respigos y rehógalos durante 5 minutos. Apaga el fuego y agrega los ingredientes reservados anteriormente. Mezcla todo bien.
Paso 4: Servir. Sirve en una fuente de barro para que todos los comensales puedan ir picando. Otra forma de presentarlo es a modo de pincho. Para ello cogemos una rebanada de pan, la tostamos y sobre ella extendemos una cama de respigos. Sobre ella ponemos un trozo de chorizo, tocino y pimiento. Una tapa excelente y muy rica.
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